El cielo abre un ciclo bajo el signo de Virgo, pero lo hace de un modo inquietante: no es una entrada serena, sino acompañada por la chispa de Urano. El Sol inaugura su paso por Virgo y la Luna Nueva se enciende a 0° del signo, una semilla que pide orden, hábitos nuevos y claridad. Sin embargo, casi de inmediato tropieza con la cuadratura de Urano en Géminis, como si un relámpago cruzara la tierra recién sembrada.
La fase balsámica, que se extiende hasta el 22 de agosto, invita a recogerse y preparar el terreno. Es el momento en que lo viejo se disuelve y lo que aún no tiene forma aguarda en silencio. En la madrugada del día 23, la Luna Nueva en Virgo propone comenzar de nuevo: cuidar el cuerpo, poner orden en lo cotidiano, hacer espacio en la mente para hábitos más simples y fértiles. Virgo quiere rutina y estructura, quiere escribir una lista y cumplirla. Pero Urano, exacto en cuadratura al Sol el domingo 24, viene a recordarnos que ninguna agenda resiste la irrupción de lo inesperado.
Esa tensión será la clave de la semana. Lo que parecía seguro puede tambalearse; lo que creías organizado puede cambiar en un instante. Urano empuja hacia lo súbito: una decisión rápida, una idea brillante, un giro de guion que interrumpe el plan. La tierra virguiana se remueve, y en ese movimiento puede nacer algo nuevo: no tanto lo que tenías previsto, sino lo que la vida te revela de golpe.
Entre Cáncer, Leo y Virgo, el viaje de la Luna marca la transición de lo íntimo a lo visible, hasta llegar al terreno fértil donde se planta la semilla del nuevo ciclo. Este es un comienzo inquieto, cargado de electricidad, que pide flexibilidad y escucha atenta. No se trata de controlar lo que pasa, sino de aprender a moverte con la sacudida, como quien sabe que a veces el temblor es lo que abre espacio para una raíz más viva.
Consejos generales para aplicar esta energía:
Estos días, busca el equilibrio entre lo que planificas y lo que la vida te exige improvisar. Haz una lista breve con aquello que es esencial, y deja aire para lo que pueda cambiar. Si aparece un imprevisto, en lugar de verlo como obstáculo, míralo como la grieta por donde puede entrar una idea distinta. Cuida lo básico: descanso, orden en tu espacio, contacto con la naturaleza. Y sobre todo, mantén la atención abierta: la claridad puede llegar en forma de sorpresa, como un relámpago que ilumina el camino que no habías visto.
El clima de estos días mezcla serenidad y tensión eléctrica, rutina y relámpago. Un cuaderno en blanco no pide perfección, sino valentía para escribir la primera línea. Y quizá esa línea, torcida o inesperada, sea justo la que marque el rumbo verdadero.
Cada semana la astrología abre una ventana distinta, pero la profundidad real está en descubrir cómo cada tránsito se enreda con tu propio signo. Eso es lo que encontrarás en la lectura completa: no simples pronósticos, sino claves precisas que iluminan tus decisiones, tus vínculos y hasta la manera en que organizas tu día.
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En homenaje al ingreso del Sol en Virgo, esta vez comenzamos las previsiones por este signo.
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