Esta semana Venus abre el corazón, Plutón lo desnuda
Entre la belleza y la verdad: el arte de volver a mirar con amor
Hay semanas en las que la vida parece pedirnos que miremos otra vez. No desde la exigencia ni desde la prisa, sino con esa delicadeza que aparece cuando uno se detiene a contemplar lo que tiene delante. Con la entrada de Venus en Libra, el deseo de armonía, belleza y vínculo vuelve a ser protagonista. No se trata solo de amor romántico: es el impulso de crear equilibrio donde antes había ruido, de encontrar una voz amable en medio de la confusión.
Pero justo cuando Venus abre el corazón, Plutón despierta después de meses retrocediendo en el cielo. Es el recordatorio de que toda armonía verdadera pasa por atravesar la sombra. Plutón en su giro directo nos devuelve la fuerza que nace tras el derrumbe, el tipo de poder que no busca dominar, sino renacer con más verdad. Esta combinación —Venus en Libra y Plutón directo en Acuario— habla de relaciones y decisiones que dejan de ser estéticas para volverse auténticas.
A mitad de semana, el Sol en Libra se cruza con Júpiter mediante una cuadratura, amplificando lo que sentimos y pensamos. Puede ser un momento de entusiasmo, expansión o incluso exceso: la tendencia a prometer más de lo que podemos sostener o a idealizar lo que aún necesita madurar. Si la semana empieza pidiendo equilibrio, este tránsito nos recuerda que también el optimismo requiere medida. La confianza crece cuando tiene raíces, no solo alas.
Mientras tanto, la Luna recorre Cáncer, Leo, Virgo y entra en Libra el domingo, tejiendo el tono emocional de estos días como una secuencia de movimientos internos. En Cáncer, buscamos cobijo; en Leo, necesitamos brillar y ser vistos; en Virgo, ordenamos lo vivido y recuperamos foco; y al llegar a Libra, sentimos la necesidad de compartir lo que somos sin perder el centro. El ciclo lunar menguante invita a cerrar capítulos con conciencia, a soltar lo innecesario para poder mirar con más claridad lo que permanece.
En conjunto, esta es una semana para purificar la mirada: lo que parecía un juicio se convierte en comprensión, lo que dolía se transforma en verdad, y lo que parecía distancia puede volverse puente. Venus nos enseña a suavizar; Plutón, a no huir; Júpiter, a confiar sin perder humildad.
Hay momentos en los que el cielo parece hablar en un idioma que solo cada signo puede descifrar. Lo que para unos es una puerta, para otros es un espejo o una despedida.
Esa es la magia de esta semana: la energía se filtra en cada carta de manera única, como si el universo compusiera doce versiones distintas del mismo acorde.
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