Semana crucial: parar puede salvarte ahora
Semana del 22 al 28 de diciembre de 2025
Hay semanas en las que el movimiento no se nota hacia fuera, pero sí por dentro. Algo empuja, insiste, quiere tomar forma, aunque todavía no sepa bien cómo. Esta es una de ellas. El cielo no trae una revelación inmediata ni una respuesta clara, sino una presión constante que obliga a afinar el paso. No se trata de ir más rápido, sino de entender desde dónde nace el impulso.
El Sol avanza por Capricornio y mantiene activa su conjunción con Marte durante toda la semana. Esa unión no es explosiva, pero sí firme. Habla de voluntad, de decisión sostenida, de una energía que no busca el gesto grandilocuente, sino la eficacia. Es un fuego contenido, más parecido a la resistencia que a la prisa. Puede sentirse como una exigencia interna: hacer lo que toca, asumir responsabilidad, no postergar lo que ya está claro. Al mismo tiempo, esa intensidad puede cansar si se vive como obligación en lugar de como elección.
La Luna acompaña este proceso con un recorrido revelador. Comienza la semana en Capricornio, reforzando la sensación de realismo y compromiso, y pasa después por Acuario, donde la mente busca aire, distancia y una mirada más amplia. Son días propicios para observar patrones, tomar perspectiva y cuestionar inercias. A partir del jueves, la Luna entra en Piscis y el tono cambia de forma notable. La lógica cede espacio a la sensibilidad, el cuerpo pide descanso y lo emocional se vuelve más permeable. No es un retroceso: es una pausa necesaria para integrar lo vivido.
En ese clima más sensible, Venus cambia de signo y entra en Capricornio. El deseo, los vínculos y las decisiones afectivas se vuelven más sobrios. Se busca coherencia, estabilidad, hechos más que promesas. Lo que no tiene base puede sentirse frágil. Lo que sí la tiene, se fortalece. Este tránsito no enfría el corazón, pero sí lo vuelve más consciente de sus límites y necesidades reales.
Mientras tanto, Mercurio avanza hacia su trígono con Quirón, que se perfecciona el domingo. A lo largo de la semana se va abriendo una vía de palabra distinta: conversaciones que no buscan tener razón, sino aliviar; pensamientos que tocan una herida antigua y la miran sin dramatismo. No todo se dice, pero lo que se dice puede tener un efecto reparador si nace desde la honestidad.
El final de la semana concentra la tensión. El domingo, con la Luna ya en Aries, las emociones reaccionan con más rapidez. Aparecen cuadraturas que pueden traducirse en impaciencia, roces o impulsos difíciles de contener. No es un día para forzar acuerdos ni decisiones importantes. Es un punto de descarga, una salida de presión que revela qué estaba acumulándose por dentro. Al mismo tiempo, el trígono exacto de Mercurio con Quirón ofrece una llave: poner palabras a lo que duele antes de que se convierta en conflicto.
El conjunto de estos días no pide heroísmo ni grandes giros. Pide presencia, ajuste y escucha. Hay fuerza disponible, pero necesita dirección. Hay sensibilidad, pero requiere cuidado. La semana enseña que avanzar no siempre es acelerar, y que a veces la verdadera acción consiste en ordenar, decir lo justo y sostener lo esencial sin dispersarse.
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