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Lo que guardabas en silencio está a punto de hablar

Silencio bajo el agua

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nov 16, 2025
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La semana que desvela lo oculto y abre la primera puerta del fuego

El movimiento del cielo esta semana recuerda a un mar profundo que cambia de corriente sin levantar espuma. Algo se desplaza por dentro antes de manifestarse por fuera.

Los dos grandes trígonos de agua que llevan activos desde octubre llegan ahora a su punto culminante, y esa acumulación emocional se siente como una marea que sube despacio y, aun así, transforma todo lo que toca. El agua no pregunta; simplemente ablanda las resistencias.

Júpiter en Cáncer, Saturno en Piscis, el Sol y Mercurio retrógrado en Escorpio: todos están en signos de agua. Esta mezcla crea un terreno fértil para lo que exige sinceridad interior. No es una sensibilidad superficial; es una presión suave, constante, que empuja hacia un nivel más profundo de introspección. Cada gesto cotidiano parece contener un matiz emocional mayor, cada conversación revela algo que llevaba tiempo sin nombrarse, cada silencio abre una puerta hacia lo que se mueve en lo inconsciente.

Los trígonos de esta semana, activados primero por el Sol y después por Mercurio retrógrado, pueden amplificar recuerdos que creías resueltos o sensaciones que creías apagadas. Puede aparecer una nostalgia sin origen claro, o una ternura inesperada. A veces será una mezcla de amor y pérdida que no tiene destinatario preciso. El agua actúa así: conecta zonas internas que habitualmente están separadas.

El regreso de Mercurio retrógrado a Escorpio el miércoles refuerza esta dinámica. No se trata solo de revisar, sino de comprender lo que antes parecía confuso. En Escorpio, Mercurio no se queda en la superficie: investiga, atraviesa capas, busca la verdad que está detrás de la reacción.

Por eso esta semana puede traer revelaciones inesperadas, secretos que salen a la luz, intuiciones que cambian la forma de interpretar una situación. Es probable que sientas la necesidad de reservar información, de observar antes de hablar, de escuchar lo que no se dice. El retroceso de Mercurio no es un error: es una invitación a mirar de frente lo que estaba pendiente.

El jueves ocurre uno de los puntos más significativos de todo el ciclo: el cazimi del Sol y Mercurio en el grado 28 de Escorpio. Ese instante, breve pero intenso, funciona como un faro interno. Es el corazón del retrogrado, un momento en el que la claridad se filtra entre las sombras. Puede traer una luz repentina, un pensamiento que ordena el caos, un mensaje que encaja piezas que faltaban. Aunque no siempre se perciba como un fogonazo de claridad, sí marca un cambio de orientación: lo que estaba mirando hacia atrás empieza a buscar una salida hacia delante.

Ese mismo día, apenas unas horas antes, tiene lugar la Luna nueva en Escorpio, una de las más potentes del año. Es una lunación de finales y comienzos en su versión más pura. Escorpio pide limpieza profunda, cortar lo que intoxica, vaciar para volver a llenar.

Esta Luna nueva, además, ocurre casi en oposición exacta con Urano en Tauro. Esto añade un componente de sorpresa, ruptura o liberación. Puede surgir una noticia imprevista, un cambio de planes, un impulso repentino por romper un patrón. A veces es una acción externa; otras, una verdad que por fin se admite. El cielo sugiere que algo debe moverse para que el nuevo ciclo tenga espacio real.

El viernes, mientras esa energía sigue en el aire, el Sol se alinea con Neptuno en Piscis. Es un tránsito suave, casi místico, que acompaña el vacío de la Luna nueva con una sensación de entrega emocional. No es un día para forzar, sino para permitir. Es probable que sueñes con mayor intensidad, que ciertos símbolos llamen tu atención, que la intuición hable más claro que de costumbre. La vida parece susurrar en lugar de hablar. La combinación de Urano y Neptuno en signos de agua y tierra recuerda que los procesos profundos rara vez siguen líneas rectas.

El fin de semana trae un cambio claro de tono. El sábado, el Sol entra en Sagitario, y la atmósfera se expande. Después de tantos días sumergidos en la introspección escorpiana, aparece el deseo de horizonte, aire y movimiento. Sagitario no reemplaza lo vivido; lo coloca en perspectiva. Da un paso atrás para comprender mejor. La Luna, al entrar en Sagitario el jueves y avanzar hacia Capricornio el sábado por la noche, actúa como un ritmo natural: inspiración primero, estructura después. Lo que se limpia bajo el agua se define en la tierra.

El cielo pide equilibrio entre dos fuerzas: por un lado, la profundidad emocional que depura; por otro, la claridad de fuego que empieza a abrir camino. Una parte te vuelve hacia dentro; otra te señala una dirección. Ambas son necesarias para que el cambio no sea impulsivo, sino consciente.

Si sientes que necesitas acompañamiento real en esta fase, he creado un curso de Mercurio retrógrado dentro del Club de Astrología: una guía práctica y simbólica para que sepas leer estas señales y entiendas por qué ciertos patrones regresan con tanta fuerza.

Y si deseas ir más allá de la lectura general, puedes unirte al Club y acceder a la versión completa de tu signo.

Esta semana, más que nunca, cada tránsito se vive de forma distinta según la casa que toca y la historia personal que remueve. La guía por signo traduce todo este movimiento en un lenguaje cercano, cotidiano y emocional, para que puedas orientarte incluso en medio del agua más turbia.

Con este mapa del cielo desplegado, pasamos ahora a lo que cada signo puede experimentar bajo esta marea profunda y este fuego naciente. Cada uno llevará su propio ritmo, su propio espejo, su propia forma de atravesar la oscuridad y encontrar la primera chispa.

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